La vida que yo mism@ he elegido.
Hemos visto todas las partes que nos completan como seres humanos y que no solamente somos ni nuestro cuerpo, ni nuestras emociones, ni nuestra mente… Pero ¿qué somos realmente? ¿Para qué estamos aquí? Quizás os sonará esta frase: Somos seres espirituales, viviendo una experiencia terrenal.
En realidad con esa frase se resume todo, pero voy a pasar a explicar un poco esta afirmación desde el punto de vista de tradiciones ancestrales que parece que conocían esto mucho mejor que nosotros actualmente. Lo que voy a desarrollar a continuación es lo que contiene el Plano Espiritual, el más sutil de todos, pero pido apertura mental en las “ideas aceptadas” para abrirnos a un nuevo punto de vista. Espero no extenderme mucho y que llegue el concepto que quiero explicar.
Como antecedente quiero decir que TODO en la vida se traduce en ciclos: Algo empieza, dura un tiempo y acaba… Todo en la vida podemos imaginarlo así: cuando nos despertamos por la mañana ha acabado el ciclo del sueño y ahora empieza un nuevo ciclo para, por ejemplo desayunar, y cuando acaba quizás empiece el ciclo de ir al baño, y después el ciclo de ducharnos, vestirnos… Todo lo podemos ver en ciclos, absolutamente TODO…empieza, duran un tiempo y acaban. Que acabe un ciclo no es algo malo, al contrario, sino acabara el sueño no podríamos despertar… ese es el mecanismo del Universo, los ciclos de bombear y recoger la sangre del corazón y los ciclos de inhalar y exhalar también son ejemplos válidos para entender esto si nunca te habías parado a pensarlo.
También nuestros planos tienen un ciclo de vida y el resumen de ese ciclo desde que empieza (nacimiento) hasta que termina (muerte) se le conoce como la “vida encarnada” de esa persona. Los planos no tienen todos el mismo ciclo, es decir, no duran lo mismo, el que dura mucho más que los demás es el Espiritual. Pues bien, el tema va de la siguiente manera: dentro del plano espiritual hay una parte de nuestro Ser llamada ALMA, que es la que quiere venir a aprender y evolucionar por medio de “experiencias” a la vida. Hemos dejado claro que no somos solo el cuerpo, en este caso, nuestro cuerpo es el vehículo para que el Alma experiencie la vida.
Esta alma diseña perfectamente y con todo detalle la nueva vida que va a iniciar: lo que quiere aprender, con quienes, de qué manera y en cuanto tiempo… Para ello utiliza lo que se llama “Pactos de Alma” es decir, se pone de acuerdo con otras Almas para llevar a cabo juntos un plan de aprendizaje en la Tierra. Los pactos más directos son Padres-hijos, Hermanos, Parejas… pero hay muchos más, quizás no tan importantes o quizá si… En distintos momentos de nuestras vidas se producen estos “acuerdos” en ambas direcciones para experimentar, aprender y evolucionar como Seres.
Este es el concepto de la reencarnación que reconocen muchas tradiciones de la antigüedad, por eso decimos que el mundo, la vida, es una Escuela y nuestra Alma se ha matriculado de ciertas asignaturas que quiere aprender, con otras Almas compañeras de curso… Esta es la razón de que algunas situaciones de la vida se nos repitan una y otra vez, hasta que seamos capaces de “aprender de verdad” la lección tal y como el Alma se lo ha propuesto. La dificultad aquí estriba en que aunque el Alma sabe lo que quiere aprender y cómo, una vez que entra en el cuerpo y nace a la vida que ha diseñado, se olvida de todo ello…es como que se le pierde su mapa, su “Plan de vida”… y se convierte en un “yo” es decir tiene la ilusión de la separación, como un ser a parte de todos los demás. Aquí es donde estriban nuestros problemas más grandes, porque normalmente nos dejamos de llevar por esa personalidad “yo” (ego – plano mental) en lugar de guiarnos por nuestro corazón (Alma – plano espiritual)
Dicen muchos sabios que nuestra misión en esta vida es RECORDAR… precisamente por eso, para saber quiénes somos de verdad, a qué hemos venido y cuáles son nuestros dones para ponerlos a disposición de la Humanidad y que sea más fácil la evolución de todos los Seres en su conjunto, pero esto no se hace desde la mente. Cuando una persona se da cuenta de esto, se dice que ha elevado su conciencia, ya no ve solo un YO, sino un NOSOTROS y en esa fase precisamente estamos ahora, cambiar nuestro antiguo paradigma mental de competir para entrar en el cooperar.
En este plano Espiritual, y habiendo comentado todo lo anterior, resulta un poco problemático no tener un mapa de adonde nos dirigimos, pero realmente el Alma nos guía si le escuchamos y confiamos… sino lo hacemos, nos gritará para que pongamos atención. El Dr. Bach dice que la enfermedad es un conflicto entre nuestra mente (ego) y nuestro corazón (alma). Cuando ambos no se ponen de acuerdo y toman distintas direcciones, recibimos un aviso para darnos cuenta y hacer una revisión de nuestra vida.
En definitiva, y desde el punto de vista de este plano espiritual, la enfermedad es realmente una alerta, un indicador de que hay algo en nuestra vida que no marcha correctamente porque vamos por otro sitio distinto al que nuestra Alma quiere que vayamos. Es como cuando se enciende una luz en el cuadro de mandos de nuestro coche indicándonos de que pasa algo… en ese caso tendremos que mirar que ocurre y resolverlo, quizás parar por si es el aceite ya que podríamos dañar el coche si seguimos avanzando.
En el mundo onírico, mientras soñamos también podemos recibir señales de nuestra Alma comunicándose por medio de situaciones o escenarios para nos demos cuenta de cosas de nuestra vida. Hay varios tipos de sueños, muchos de ellos son simplemente una descarga o limpieza del subsconciente, pero otros son premonitorios (señales directas) y también los hay lúcidos que son normalmente viajes astrales. Hay trabajos muy interesantes con los sueños, en un tiempo pondremos información para las personas interesadas.
También existen herramientas para mostrarnos parte de nuestro plan de Vida, como el análisis cabalístico, que ofrecemos en este proyecto. Otras que he podido comprobar que nos dan mucha información son por ejemplo: la carta astral, el diseño humano… y muchas más que nos ayudan y están a nuestra disposición para que no nos retrasemos más en conocernos y empezar a trabajar con nosotras mismas con paciencia y aceptación, pero haciéndonos el trabajo más claro: conociendo de primera mano los aprendizajes que hemos elegido, algo imprescindible para ejercitarse a pasar de la mente al corazón, es decir, conectar con nuestra verdadera esencia.
Shalom / Namasté / In L’akech