El mundo físico.
El primer plano del que tenemos que hablar cuando nos referimos a los que forman al ser humano y en definitiva a toda la Creación es el llamado Material o Físico.
Todo en el universo está hecho de energía, pues bien, podríamos decir que aquí la energía es más densa o vibra más lentamente que en cualquiera de los otros cuatro. Por eso se le considera el último plano de la creación pero no por ello el menos importante. Realmente es aquí donde toda la «experiencia humana» se lleva a cabo y donde ciertamente vamos a ensayar para poder llevar a cabo los aprendizajes que nos hemos propuesto superar.
¿Cómo funciona?
Nos movemos a través de la materia utilizando nuestro «cuerpo material o cuerpo físico». Gracias a él podemos interactuar en este plano para captar la información que nos ofrece mediante los llamados «sentidos sensoriales»: Vista, Oído, Olfato, Gusto y Tacto, que hacen de sensores/receptores de nuestro vehículo material. En definitiva, todo lo que son capaces de captar estos cinco sentidos, forma parte de este plano. Resumiendo el cuerpo físico, es nuestro «traje de astronauta» para movernos en este plano.
La definición de materia es Todo lo que tiene masa y ocupa un lugar en el espacio. Pues bien este plano está compuesto por la materia y también además por todos los aspectos que forman parte de la «vida encarnada«. Las características del cuerpo físico y su funcionamiento a todos los niveles (el diseño humano), el trabajo/profesión y todas sus particularidades, la familia con sus componentes y relaciones, la forma de vida que llevamos…
Debemos darnos cuenta que a partir de que nacemos en este mundo y tenemos un cuerpo físico, formamos parte de la materia y en principio, estamos supeditados a sus leyes físicas. Y digo en principio porque ya veremos que las leyes físicas que normalmente nos han enseñado, solo afectan a este plano y no por completo. Sí que existen otras leyes Universales que afectan a todos y cada uno de los planos que nos conforman.
La Matrix
La ignorancia, es decir la falta de sabiduría, hace que creamos al igual que en el «Mito de la caverna» (Cap. 7 de La República de Platón) que la vida es solo lo que vemos proyectado en el mundo físico, en este plano. Se le han dado muchos nombres: el mundo de las sombras, Maya, la Matrix. Este concepto es cierto y si no despertamos, si no abrimos nuestra conciencia a la sabiduría, corremos el riesgo de perdernos en este mundo material y nunca podremos entender o saber quiénes somos o qué hemos venido a hacer…
En principio nos puede parecer que solo existe lo que podemos percibir por nuestros sentidos, realmente no es así, pero esto debemos experimentarlo por nosotros mismos para llegar a integrarlo en nuestra vida.
Algo importante dentro de este plano sería tener equilibrio entre espíritu-materia. No puedo dejar de vivir en este plano, queriendo huir o evadirnos de nuestra vida por muy dura o triste que veamos nuestra situación o entorno.
Tengo que entender que lo importante no es la situación en sí, sino como la vivo.
La finalidad es integrar esta conciencia en mi vida para equilibrarla con otro punto de vista, cambiando los paradigmas establecidos.
Por supuesto debo cuidar el cuerpo físico ya que es el llamado “templo del espíritu”. Es la herramienta más útil que tengo de experimentar y moverme de forma útil en este plano. Para ello he de llevar una vida lo más saludable posible: alimentarme bien y escuchar lo que me dice mi cuerpo, porque son avisos de otros planos.
El plano material, el mundo, la tierra, es una escuela. Una escuela donde se nos da la oportunidad de aprender experimentando y poder evolucionar/actualizar nuestro potencial para llegar a ser lo máximo que podemos ser, trabajarnos para ser la mejor versión de nosotros mismos en plenitud con la vida.
Nuestro objetivo principal es ser felices pero no momentáneamente, sino conseguir llegar a vivir plenamente. Y realmente la única manera es conocerme profundamente para saber quien soy en realidad, lo que se llama Autorealizarme. Llegar a tener una plena conciencia de quién soy y que hago aquí. Los grandes Maestros de la humanidad nos han demostrado que eso es posible eliminando todo nuestro sistema de creencias (condicionamientos). Este mensaje lo dejó Jesús en la siguiente metáfora :
«En verdad os digo que quien no vuelva a nacer, no será capaz de ver el Reino de los Cielos«.