El Amor incondicional de los indios HOPI
Tienen muy claro y presente en su memoria como llegaron a este planeta procedente de otro mundo y de que manera fueron trasladados a través del continente hasta donde están actualmente en “escudos voladores”; como ellos los llaman. Es de merecida mención decir que aun conservan, de su antigua artesanía, muñecos o pequeñas figuras con más de 2.000 años de antigüedad,con casco y mono de astronauta que, según ellos, eran seres que venían de las estrellas con capacidad para manejar grandes bloques de piedra y hacer enormes edificaciones y construcciones subterráneas. Estos seres se fueron, pero prometieron que volverían dejando muy claro a los Hopi, que eran los depositarios de una sabiduría que tenían que trasmitir a la humanidad. Sabiduría que transmiten enseñanzas de la naturaleza y de cómo convivir con ella para mantener una esmerada conservación del planeta Tierra. Ellos insisten en tratar toda vida como sagrada; los animales, los árboles y vegetación, el agua, el planeta en entero, y tienen bastante claro e integrado en su día a día la existencia de un plan universal para la creación y conservación del mundo, de nuestro hermoso mundo.
Si lo que has leído te sorprende o quizás te “vibra”, prueba a leer el siguiente texto con apertura de corazón, para sentir lo que es verdaderamente el AMOR INCONDICIONAL entre los seres humanos, tal y como ellos lo extrayeron de la sabiduría de la que les hicieron custodios…te invito a que intentes sentir la profundidad de cada frase, y lo que mueve cuando se dice desde el corazón.
AMOR INCONDICIONAL HOPI
Eres un ser único, diferente de todos los otros…
Sin reservas ni dudas, permito que estés en el mundo como eres, sin un pensamiento o palabra de juicio…
No veo error alguno en las cosas que puedas decir, ni hacer, sentir o creer, porque entiendo que te estás honrando a ti mismo al ser y hacer lo que es verdad para ti.
No puedo recorrer la vida con tus ojos ni verla a través de tu corazón. No he estado donde tú has estado ni experimentado lo que tú has experimentado, viendo la vida desde tu perspectiva única.
Te aprecio exactamente cómo eres, siendo tu propia y singular chispa de la Conciencia Infinita, buscando encontrar tu propia forma individual de relacionarte con el mundo.
Sin reservas ni dudas, te permito cada elección, para que aprendas de la forma que te parezca apropiada. Es vital que seas tu propia persona y no alguien que yo u otros piensen que “deberías” ser. En la medida de mi capacidad, sin denigrarme o ponerme en un compromiso, te apoyaré en eso.
No puedo saber lo que es lo mejor para ti, lo que es verdad para ti o lo que necesitas, porque no sé lo que has elegido aprender,cómo has elegido aprenderlo, con quien o en qué periodo de tiempo. Solo tú puedes sentir la excitación y escuchar tu voz interna.
Reconozco que, aunque sean diferentes entre sí, todas las maneras de percibir y experimentar las diferentes facetas de nuestro mundo, todas… son válidas.
Sin reservas ni dudas admito las elecciones que hagas en cada momento. No emito juicio sobre ello… es imprescindible que honre el derecho a tu evolución individual. Cada una de tus decisiones da poder a ese derecho, para ti, para mí y para todos. Honro a aquellos que eligen un camino que no puedo andar o que no andaría. Aunque puede que elija no añadir mi poder y mi energía a ese camino, nunca negaré el regalo de amor que Dios concede a toda Su Creación. Como te amo, así seré amado… Así como siembro, recogeré…
Sin reservas ni dudas, te permito el derecho universal de libre albedrío para andar tu propio camino, creando etapas o manteniéndote quieto cuando sientas que es apropiado para ti. No puedo ver siempre el cuadro más grande del Orden Divino y así no emitiré juicio sobre si tus pasos son grandes o pequeños, ligeros o pesados o conduzcan hacia arriba o hacia abajo, porque esto solo sería mi punto de vista. Aunque vea que no haces nada y juzgue que esto es indigno, reconozco que puede que seas el que traiga una gran sanación al permanecer en calma, bendecido por la Luz de Dios. Porque es el derecho inalienable de toda vida elegir su propia evolución, y sin reservas ni dudas reconozco tu derecho a determinar tu propio futuro.
Con humildad, me postro ante la comprensión de que el camino que veo como mejor para mí, no significa que sea también correcto para ti. Lo que yo creo no es necesariamente verdad para ti. Sé que eres guiado como yo también lo soy, siguiendo tu entusiasmo interno por conocer tu propio camino. Sé que las muchas razas, religiones, costumbres, nacionalidades y creencias en nuestro mundo nos traen una gran riqueza y nos procuran los beneficios y enseñanzas de tal diversidad. Cada uno de nosotros aprende en nuestra manera única para devolver ese amor y sabiduría al Todo. Entiendo que si solo hubiese una forma de hacer algo, solo necesitaría haber una persona.
Apreciaré tu luz interna única, te comportes o no de la manera en la que considero que deberías, aunque creas en cosas que yo no creo. Entiendo que eres verdaderamente mi hermano y mi hermana, aunque hayas nacido en un lugar diferente y tengas otras creencias. El amor que siento es absolutamente por todo lo que Es.
Sé que cada cosa viva es una parte de una conciencia y siento un amor profundo por cada persona, animal, árbol, piedra y flor, por cada pájaro, río y océano y por todo lo que Es en el mundo. Vivo mi vida en servicio amoroso, siendo el mejor yo que pueda, haciéndome más sabio en la perfección de la Verdad Divina, haciéndome más feliz, más sano y cada vez más abundante y gozoso.
Aunque a lo largo del camino puede que me gustes, sienta indiferencia por ti, o me disgustes, no voy a dejar de amarte, de honrar tu singularidad y de permitirte ser tú...
Esta es la llave de la paz y armonía en nuestras vidas y en nuestra Tierra, porque es la piedra central del Amor Incondicional.
In lak’ech! ¡Soy otro tú!