El regreso al Origen
Como he dejado claro desde el principio en esta página “Somos seres espirituales viviendo una experiencia terrenal”. Pero hoy voy a hablar de nuestro origen en el mundo de la forma, la materia.
Hay muchas teorías en cuanto a la evolución de la “raza humana”. Desde las que nos enseñan en el colegio de la evolución de las especies de Darwin, hasta la modificación genética que razas extraterrestres más avanzadas (Dioses Mitológicos). Supuestamente nos crearon modificando el ADN de un primate poco evolucionado junto con su propio ADN para tras siglos de experimentos llegar a lo que se conoce como el homo sapiens.
También se dice que somos una especie en transición, en constante evolución para llegar al verdadero “humano” perfecto, una especie de versión final de nuestra raza: EL RAVE.
Pero no quiero entrar en ese tipo de teorías o hipótesis. Porque aunque puedan ser ciertas, realmente se convierte en un juego entretenido para la mente y el Ego para despistarse de nuevo: ¿quién tiene razón, cómo sucedió, dónde están esos seres…?. Esto hace que sigamos mirando fuera en lugar de mirar dentro que es el verdadero trabajo personal para evolucionar… sucediera lo que sucediera.
La finalidad de este artículo es cambiar el enfoque de ese origen. Por eso yo pretendo centrarme más bien en lo que muchas de las civilizaciones antiguas han hecho, destacando a los esenios, los celtas y los indios nativos americanos.
¿Cuál es nuestro origen en el planeta? ¿Ha sido siempre de la misma forma?
Ellos sin dejar de mirar en la parte espiritual, se centran en lo que pueden hacer en la materia mientras estamos encarnados. Nos cuentan que la Madre de todo ser humano es la Tierra, no como planeta, sino como entidad: GAIA.
El término GAIA se refiere a la Naturaleza infinita y poderosa
en todas sus acepciones y en toda su biodiversidad.
La gran Madre de la que todo ser encarnado nace como un ser vivo y en la que todo ser vivo muere cuando llega su momento. Con sus ciclos, sus elementos y sus seres visibles e invisibles que cada uno hace su trabajo para mantener la armonía, el equilibrio “natural” de todo lo que existe sobre ella.
Cuando conocí el concepto de Gaia me sorprendí porque pude entender claramente algo que yo sentía en mi interior: el planeta es un Ser vivo independiente, con su propia conciencia. En ese momento se me abrió la mente de una manera brutal. Me percaté de que tal y como nosotros estamos formados por millones de células que forman un cuerpo que tiene conciencia propia, al planeta le pasa lo mismo.
A veces a un human@ le pasa que algunas células pueden desconectarse de esa unidad que forma y alterar la estabilidad (salud) entre todos sus miembros. Así causa un desequilibrio (enfermedad) que afecta al todo. Lo mismo le pasa al planeta cuando los seres que lo habitamos perdemos la conexión interior (conmigo mism@) y exterior (entre nosotr@s). Y somos muchos seres vivos, no solo humanos los que estamos aquí. A grandes rasgos y sin entrar en la metafísica están el reino mineral, reino vegetal y reino animal. Dentro de cada reino se encuentran seres vivos que forman parte de esta unidad de GAIA.
Los distintos seres que habitan la Tierra.
Desde las grandes montañas que los Chamanes sudamericanos llaman APUS… a los sagrados Árboles de los Celtas. Todas las flores y plantas eran sagradas para los Esenios… Los grupos de los mamíferos, aves, reptiles, insectos… que adoraban los Egipcios. Y cómo no, los indios Americanos en sus Totems y animales de Poder (las consciencias colectivas de cada grupo animal).
A parte están los seres invisibles que viven con un pie en el plano físico y el otro en el etérico: Todos los elementales de las leyendas de tantas y tantas culturas; Duendes, Elfos, Gnomos, Hadas…
Todos viven en el planeta y están sosteniendo el equilibrio de GAIA, están conectados con Ella y tienen un saber “instintivo” que no se rige por la mente ni la razón. Eso solo lo hacemos los humanos y algunos animales que tristemente domesticamos y también pierden su conexión con el TODO.
No te has preguntado nunca al ver volar en formación a muchas aves: ¿Cómo pueden ir a tanta velocidad haciendo giros o cambios de dirección y no se chocan ni se entorpecen en su vuelo?. Ellos están conectados consigo mismo y con los demás mediante la conexión con la Madre Tierra. Hay una inteligencia “instinto” que los guía, sin que tengan que hacer nada. Como precisamente les pasa a las miles de células de nuestros propios órganos, que se rigen por la misma inteligencia de la VIDA… a la que yo personalmente llamo Dios.
La RE-Conexión con GAIA.
Volver al origen es volver a la naturaleza, a la conexión con GAIA… una película que lo ilustra muy bien es Avatar. Esos seres tienen la sabiduría de la importancia de mantener el equilibrio entre los integrantes del planeta. Como antiguamente la han tenido otros muchos pueblos. Pero para ello hemos de saber todo esto: no estamos separados, somos células autoconscientes de un mismo SER.
Conocer este origen terrenal me da la posibilidad de entender
por qué cuando me siento estresado o decaído voy al bosque y me sano.
El bosque me limpia, la naturaleza me equilibra de nuevo a lo que soy. Me quita energías que no son mías y me ayuda a estar de nuevo en armonía. No te lo creas, puedes hacer la prueba y comprobarlo de primera mano. La explicación es la siguiente: Como todos los seres que habitamos GAIA somos una unidad, si hay una parte desequilibrada afecta al resto. Por eso cuando estamos desequilibrados en cualquiera de nuestros planos y entramos en un lugar puro, salvaje, poco “contaminado” todos l@s demás seres ayudan energéticamente a equilibrar a esa parte de GAIA que lo necesita.
Así de agradecida en la Naturaleza, le hagamos lo que le hagamos… El tema es coger de una vez por todas nuestra parte de responsabilidad y actuar en consecuencia siendo parte consciente de GAIA.
Constantemente resuenan en mí las palabras del gran jefe Indio Jerónimo a los que querían apropiarse de tierras y bosques, como si eso pudiera ser una posesión:
“La Tierra no pertenece al hombre, es el hombre el que pertenece a la tierra…”