La brama del ciervo
Una de las oraciones celtas más antiguas se titula La coraza de San Patricio; su nombre más profundo es La brama del ciervo.
Los pueblos Celtas como ya sabemos estaban totalmente conectados a la Madre Tierra y trabajaban con los elementos (los ángeles de los Esenios) de manera directa. Realmente se sentían constantemente conectados a la Naturaleza, pero cuando ellos hacían una oración la hacían sintiendo y vibrando con cada una de las frases que recitaban.
Utilizaban la técnica de la verdadera forma de orar, evocando profundamente los sentimientos y de esta manera se hacían uno con la VIDA, quitando el velo de la separación que la mente/EGO nos hace creer que tenemos. No utilizaban las oraciones para pedir cosas, ya que conocían perfectamente que todo lo tenemos ya, hacían uso de las evocaciones para conectar de manera directa y profunda con las fuerzas de la Creación, que habitan en nosotr@s y de las cuales formamos parte.
Si intentas hacer esto, podrás experimentar lo que no se puede expresar con palabras, como dice el primer verso del TAO TE CHING: ” El TAO que puede expresarse no es el verdadero TAO”, solo se puede vivir, vivenciar, experienciar… Te invito a que lo pruebes, 5 minutos… estés donde estés… para y desconectate del mundo exterior para conectarte con tu mundo interior… A continuación lee cada frase de la oración evocando lo que quiere decir y quedate unos instantes sintiendo, sin darle poder a la mente…
Te darás cuenta de que no hay división entre la subjetividad y los elementos. Son las mismas fuerzas elementales las que dan forma y elevación a la subjetividad y tu eres esa fuerza y esa VIDA, aquí y ahora.
Amanezco hoy
por la fuerza del cielo,
la luz del sol,
el resplandor de la luna,
el esplendor del fuego,
la velocidad del rayo,
la rapidez del viento,
la profundidad del mar,
la estabilidad de la tierra,
la firmeza de la roca.
Amanezco hoy
por la fuerza secreta de Dios que me guía.