No te rindas
A veces nos cuesta bastante ver la realidad tal y como es, por eso nos confundimos en muchas situaciones que se nos dan en el mundo exterior y la causa de esto es porque no conocemos verdaderamente nuestro mundo interior.
Normalmente nos contamos lo que queremos y así nos va en la vida, vamos cayendo una y otra vez en la trampa de la mente, en una fantasía generada que nos protege del dolor y el sufrimiento de la realidad que no queremos ver y vemos otra, pero hasta que nos sigamos autoengañando de esta forma no traspasaremos el aprendizaje que hemos pactado y no nos conoceremos de manera auténtica, así que de nuevo suspenderemos la asignatura.
Una gran confusión que tod@s tenemos es respecto al amor en las relaciones de cualquier tipo: padres, hij@s, parejas, amistades…, constantemente creemos que estamos amando, aunque quizás es otra cosa lo que se da esa relación. El caballo de batalla de much@s de nosotr@s es respecto al Amor en las relaciones de pareja por la de emociones intensas que se mueven y por la exposición frente a la otra persona.
Dicen los que saben, que la relación de pareja es el máximo desafío al desarrollo personal, es una gran oportunidad para crecer y conocernos de manera profunda…todo esto, si no nos perdemos en la relación.
¿Y por qué nos solemos perder?
Nos solemos perder en la relación cuando confundimos amar con depender, buscando cubrir unas carencias que tenemos internamente y queremos que la otra persona nos llene.
En realidad esto pasa con todas las situaciones de la vida, queremos llenar nuestro vacio interno con algo del exterior, pero esto es imposible…nunca se va a llenar así. Se trata de tomar conciencia y en las relaciones de pareja, se ve muy claro (cuando nos situamos fuera…) y el tema es así:
Las personas que vienen a nuestra vida vienen por algo, la casualidad no existe… todo realmente es causa. La causa de que una persona con determinadas características venga a mi vida, es porque yo interiormente necesito ver algo, y la persona me ayuda a que lo vea mostrándomelo fuera de mí. Se produce una especie de atracción (de muchos tipos) entre las personas que son las indicadas para vivir ciertas situaciones a fin de aprender de esas situaciones.
¿Pero qué es lo que necesito ver interiormente?
Necesito darme cuenta de la herida que tengo para verla, aceptarla y trascenderla.
La herida es una situación emocionalmente profunda que se ha vivido normalmente en la infancia temprana, y que como no pudimos “gestionar” en ese momento, la información relativa esa situación se queda enquistada para poderla procesar en otro momento con conciencia de ella. Esto genera que en nuestra vida se repitan escenarios, con condiciones parecidas a la de la infancia buscando que saquemos y sanemos la herida.
Parece fácil, ¿verdad? Pues no lo es tanto, de hecho la mayoría de las personas aunque saben que tienen una herida no quieren entrar en ella, porque abrir la caja de pandora de emociones, pensamientos y energías que quizás no son ni mías totalmente, es un proceso que asusta muchísimo y prefieren estar viviendo en una mentira mirando para otro lado con tal de no traspasar el miedo y salir de su zona de confort para ser más autentic@s.
El tema es que la vida manda, aquí no controlamos nada de nada y se nos van a ir poniendo situaciones una y otra vez para darnos cuenta de nuestra herida, porque al sanarla crecemos y el sentido último de la vida es crecer y desarrollar nuestro máximo potencial. Estamos aquí para aprender y disfrutar de la vida, pero plenamente…sin miedos que nos bloqueen, sin emociones que nos paralicen, sin tapar ninguna parte de nosotr@s porque realmente somos perfectos tal y como somos, lo único es soltar los lastres sin huir, con conciencia para sanar ese niñ@ interior que necesita el amor y la aceptación de su propio adulto no de nadie de fuera…el exterior solo nos da las condiciones para que podamos hacernos cargo de nuestro niñ@.
Ese es el camino de la vida, caernos y levantarnos…disfrutar y pasarlo mal… llorar y reir, y todo es mucho más autentico teniendo la herida sanada. Se que a veces asusta, muchísimo y hablo con conocimiento de causa, porque lo vivo en mis propias carnes.
Así que cuando se desmorone “tu mundo”, cuando se se rompan todos tus esquemas, cuando se remueva el suelo bajo tus pies y se ponga todo patas arriba sin saber a donde ir…
Cuando ya nada tenga sentido y no sepas ni quien eres, permitete parar, deja que sane el llanto y cuando lo sientas ponte de nuevo en pie… pero ¡no te rindas!
Recuerda esto para comprender mejor a tu niñ@ interior dicho desde tu Padre/Madre interior:
“Todo el mundo quiere ser comprendido…
Todo el mundo quiere ser amad@…
¡No te rindas!
Porque TU (ya) eres amad@”
Te propongo que en un rato a solas, sin juicios ni connotaciones religiosas, escuches la siguiente canción con su letra y la sientas la magnífica voz de Josh Groban en tu corazón conectando con tu Padre/Madre interior hablandole a tu niñ@ y de esta forma conectar y entender tu herida interior (y la de tod@s).