Las casualidades no existen
Posiblemente hayas experimentado alguna vez la sensación curiosa a la que se le llama casualidad.
La casualidad se define como el momento en el que suceden las cosas en unas circunstancias imprevistas, extrañas e inexplicablemente coincidentes. Normalmente se nos queda una sensación interna de descoloque mental y tenemos la percepción como bien comenta una amiga de: “esto es muy raro…”
Pues bien, las casualidades no existen, mejor dicho existen aunque no funcionan desde el punto de vista que creemos… como “un puro azar o golpe del destino que se ha equivocado y me ha tocado a mi…” Más bien ese efecto “raro” y coincidente es la respuesta a lo que se denomina una SINCRONICIDAD.
A grandes rasgos se trata de que en esta escuela que es la vida hay un orden superior que nos dirige que tiene el mapa completo y la sabiduría de las situaciones que necesitamos para evolucionar. El problema que suele existir es que la mente (EGO / Personalidad) quiere tener el control de todas las situaciones (y es normal que funcione así porque es el instinto primario de supervivencia) el tema es que cuando hay algo que no responde a su lógica, se queda completamente descuadrada y cortocircuitada al existir razones que no es capaz de entender.
Como dijo Blaise Pascal,
“el corazón tiene razones que la razón no entiende…”
Y realmente la mente no es capaz de explicar ni entender algunas situaciones que nos ocurren que no parecen ser otra cosa que pura magía (el arte con el cual se producen resultados que son contrarios a las “leyes racionales”)… entre otras cosas, porque no está diseñada para ello.
Yo no sé si Pascal sabía algo de la herramienta de autoconocimiento “Diseño Humano” antes de que fuera canalizada por RA URU HU, pero dió completamente en el clavo con su afirmación hablando del corazón: según el DH, a la altura del corazón (lo que se denomína CENTRO G) tenemos insertado un elemento llamado “Monopolo Magnético” que precisamente se encarga de por un lado crear la “ilusión” de individualidad o separación con el resto de la Creación y por otro lado, al ser magnético y de un solo polo tiene la capacidad de ATRAER… Atraer a nuestra vida las personas y situaciones que necesitamos para evolucionar, nos aporta dirección en nuestra vida.
De hecho, se denomina “el chófer” en una alegoría parecida a la del carruaje de Gurdieff y como comentaba, guía nuestra vida atrayendo las situaciones necesarias para tener experiencias para aprender y evolucionar según nuestro nivel de conciencia. El cuerpo físico (cristal de diseño) es “el vehículo” por el que nos movemos en el plano material, y la mente (cristal de personalidad) es “el pasajero” … el que debe relajarse en el asiento de atrás y disfrutar del viaje y de las vistas…sin querer decirle al chofer por dónde ir para llegar a donde no tiene ni idea que va…
Con todo lo anterior, a mi personalmente me vale para relajarme y dejarme llevar por la vida, ya que al fín y al cabo es muy poco lo que realmente podemos controlar en nuestro día a día, aunque la mente se esfuerce y se desgaste energéticamente.
Aunque me cuesta romper patrones y adaptarme a según que cambios, cada vez más tengo la conciencia de adaptarme lo más que puedo a lo que mi corazón “atrae” a mi vida, sin juicios, sin forzar, sin nadar a contracorriente para escapar… sino fluyendo y estando atento porque en cualquier meandro del Rio de LA VIDA que me lleva, puedo encontrarme una sincronicidad que no me esperaba y ya depende de mí el vivir la experiencia que la acompaña y sacar mi propia sabiduría de ella para seguir conociéndo-ME.
Y no me cabe duda de que todo lo que tiene que ser llega a su debido tiempo…y si no ha llegado aún, es que no es el momento.
Shalom!