Maestro de justicia esenio(1)
Hay un texto esenio, que a mi parecer condensa toda la sabiduría para «saber vivir». Aunque explica muy claramente lo que quiere decir, lo voy a dividir en varias partes que comentaré al final ya que considero que es oro lo que aquí se comparte.
He de decir que el que pongo a continuación es un texto traducido de los pergaminos encontrados en Qumram a las orillas del mar muerto, donde había un asentamiento de la comunidad esenia, supuestamente había una gran biblioteca de diversos textos importantes recopilados por ellos y traducidos al arameo, hebreo y griego. Si no conoces la historia, estos pergaminos fueron descubierto allá por finales del 1946 «casualmente» por dos pastores beduinos en unas cuevas donde se encontraban escondidos en varias vasijas de barro selladas. Seguramente fueron protegidos de esta forma para evitar su destrucción y que la sabiduría que encierran pudiera llegar a una época en la que la conciencia estuviera preparada para entender el mensaje que transmiten. Aunque claro que esto es mi propia interpretación de los hechos.
En este texto en concreto hay una figura denominada «maestro de justicia» que es el transmite la enseñanza y por eso se le llama al texto «Del libro del maestro de justicia». Pues si te fijas, parece que se trata del mismísimo Maestro Jesús por su forma de hablar y enseñar, de hecho hay muchas similitudes con partes de los evangelios canónicos en este texto, expresiones y frases completas. Pero es muy poco probable que esta figura fuera el, por no decir imposible, ya que el Maestro de justicia es como 200 años anterior al nacimiento de Jesús… Lo que lleva a pensar que la enseñanza que el Maestro Jesús transmitía, fue aprendida de otros maestros anteriores que como él llegaron a un estado de conciencia muy elevado.
La enseñanza en sí, es una paradoja tal y como nos recuerda el una y otra vez el TAO… «es tan simple que cuesta mucho hacerlo». Pero te aseguro que si abres los sentidos y dejas que tu mente no se cierre en banda, podrás descubrir lo que se encuentra detrás de la enseñanza de este texto: La verdadera manera de saber vivir plenamente y en equilibrio en la materia y el espíritu, quizás escapando de la propia cárcel en la que nos metemos: La mente.
Y el maestro dirigiese a la orilla de un arroyo donde la gente estaba reunida, y que ansiaba escuchar sus palabras. Les bendijo, y les preguntó por qué estaban turbados.
Y uno habló: «Maestro, dinos cuales son las cosas que deberemos considerar valiosas y cuáles debemos despreciar».
Y el Maestro contestó, diciendo: «Todos los males que los hombres sufren son producidos por cosas fuera de nosotros; pues cuanto hay en nuestro interior nunca nos hará sufrir.
Un hijo muere, se pierde una fortuna, arden las casas y los campos, y los hombres quedan indefensos, y exclaman: «¿Qué haré ahora?, ¿Qué me sucederá…?
Todas estas son palabras de quienes se afligen y regocijan por los sucesos que ellos no causan. Pero si nos lamentamos por cuanto no está en nuestro poder, somos como el niño que llora cuando el sol deja el cielo.
Antiguamente se dijo, no codiciarás la mujer de tu prójimo; y ahora yo os digo: No desearás nada que no esté en tu poder, pues sólo cuanto está en ti te pertenece; y lo que está fuera de ti pertenece a otro. En esto yace la felicidad: saber lo que es vuestro y lo que no es vuestro. Si deseáis la vida eterna, adherid con fuerza a la eternidad en vosotros, y no intentéis apoderaros de las sombras del mundo de los hombres, que guardan las semillas de la muerte.
¿No está todo cuanto fuera de vosotros sucede, fuera de vuestro poder?.
Lo está.
¿Y vuestro conocimiento del bien y del mal, no está en vosotros?.
Lo está.
¿No está, entonces, en vuestro poder tratar TODO cuanto acontece a la luz de la sabiduría y del amor, en lugar de la tristeza y la desesperación?.
Lo está.
¿Puede algún hombre impedirte hacerlo?
Ninguno puede.
Entonces no exclamaréis: ¿Qué haré? ¿Qué me sucederá ahora? Pues todo cuanto ocurra, lo juzgaréis a la luz de la sabiduría y del amor, y veréis todas las cosas con los ojos de los Ángeles. Pues pesar vuestra felicidad de acuerdo con lo que pueda acontecerte, es vivir como un esclavo. Y vivir de acuerdo con los Ángeles que hablan en vosotros, es ser libres.
Viviréis en libertad como verdaderos Hijos de Dios, e inclinaréis la cabeza tan sólo ante los mandamientos de la Sagrada Ley.
De esta forma viviréis, para que cuando el Ángel de la Muerte venga por vosotros, podáis extender las manos hacia Dios, y decir:
`Recibí las Comuniones de Ti para conocer tu Ley y caminar por los senderos de los Ángeles, y no las descuide; no te he deshonrado con mis actos: mira como usé el ojo que mira al interior; ¿te he culpado alguna vez?, ¿He clamado contra lo que me. ha sucedido, o deseado que hubiera sido de otro modo?, ¿He deseado quebrantar tu Ley?.
Porque me diste la vida, te doy las gracias por lo que me diste; mientras usé las cosas que son tuyas estuve contento; tómalas y ponlas dondequiera que escojas, pues tuyas son todas las cosas hasta la eternidad.
Esta es la primera parte del texto y habla claramente que lo único que nos pertenece es como respondemos a las situaciones de la vida: Nuestra ACTITUD ¿como vivimos lo que la vida nos trae y con que ojos lo miramos: con los ojos de los ángeles: sabiduría y amor, o por el contrario seremos esclavos: mediante la queja y la desesperación?
¿Qué haré ahora? ¿Que me sucederá? Es vivir en la mente…ser esclavo de ella, preocupándome de lo que en un futuro hipotético podría suceder, en lugar de ocuparme cuando algo suceda y lo valore con conciencia y sabiduría. Está en mi mano como quiero que esto me afecte en mi vida, el poder es mio…aunque si me dejo arrastrar por la mente, lo cedo.
También nos habla del despego: nacemos desnudos y nos moriremos desnudos… todo se quedará aquí. Agradezco todo cuanto puedo usar, pero nada es mio, todo es prestado: ¿Es mio acaso algo? Los bienes materiales por supuesto que no, aunque el cuerpo tampoco, he de cuidarlo para que me sirva de manera efectiva, pero lo dejaré aquí cuando me marche. Ni siquiera son mías las emociones y pensamientos… Esos van y vienen como las olas del mar, lo único que puedo hacer es decidir si me llevan con ellos o no… y eso es lo único que me pertenece, lo que hago con lo que me sucede…
Mi conciencia de las cosas es mi única pertenencia y entonces puedo tener una u otra actitud en cada situación del aquí y ahora…no es lo que sucede, sino lo que me cuento de lo que sucede.